martes, noviembre 27, 2007

Mi historia pasada... En dos tiempos... Para ti, nena...

1. En lo qué será? (a Silvio…)


Qué será de aquel tiempo y la angustia
de saber si nos encontraríamos?
Acaso el destino me puso unos zapatos
que me han llevado por otros caminos?
A dónde fueron esos días pequeños
en que dormía tranquilo por las noches
para luego abrir los ojos con sólo un destino?
En qué se ha convertido la vida y
cuál será el futuro que depara mi actuar?
Dónde están los caminos planificados?
Acaso se perdieron con mis botas y mi lucidez?
o será que el tiempo te engulle con su engaño.
Lo de antes y la simpleza de andar,
a dónde va? Se irá con la tarde?

Qué fue de nuestra senda futura?
de nuestro vivir y morir juntos?
Qué se hizo nuestra vida? a dónde fue?

Por dónde se escaparon los pensamientos
Que me guiaban hacia ti? acaso se van?
Qué se me hicieron tus ojos de un día de mayo?
Cómo fue que me llevaron a diciembre?
Cómo se fue de mis manos tu encanto?

(Ahora el apuro y las puertas se me cierran
Y todo parece hacer el doble de daño).

A dónde fue tu sonrisa y tu mirada?
acaso flotan no muy lejos de aquí.
Quizá los cristales rotos de fin de año
se los llevaron para no volver jamás
junto a mi sangre joven de abril.

Qué paso con la cotidianeidad de compartir?
Por dónde se fue el calor?
Será que nada vuelve a lo que fue?

A dónde se fue todo lo vivido?
Será que todo se entierra bajo un árbol.
Será que todo se hunde bajo el mar.
Será que lo escrito lo lleva el viento.
Será que el amor se convierte en lágrima.
Será que la convivencia choca en un muro.
Será que algunas manos y besos no
encuentran nunca más su camino?.

Pero, a dónde va todo?
Dónde está el lugar en que todo se encuentra?
Dónde está la felicidad toda?
O será nada más que cuando uno duerme es feliz?

Podrá ser que todo vuelva a ser algo?
o todo algo ya se fue para no ser más?
Tanta angustia durante toda mi vida,
a dónde va?
A dónde irán estos versos?
Se irán donde todos los días...
a morir en la noche.
Lo seguro es que se irán...
pero, a dónde van?.



Octubre 20 de 2005, en el ocaso...”Hay de estos días terribles...”


2. Reminiscencias (lo que quedó de lo que era)


Me es imposible abstraerme de lo vivido, lo lidiado y lo soñado.
Tanto fue lo que vivimos juntos que me parece menos que ayer.
Por lo mismo ni una sola gota de olvido suda de mis manos,
ni una lágrima de amor corre por mis venas altaneras.
Todo parece que se fue por un camino angosto a la soledad.
Se fue dando tumbos de ebrio por las veredas incómodas.
Se alejó para siempre lejos de mi voz y mi canto doliente,
se fue para acallar voces que a la distancia me atormentaban.
Todo se ha ido, tus recuerdos, tu sonrisa y tu rostro menudo,
tus encantos de madre, tu fragilidad de madera, tu llanto.

Pero, te he visto recorrer mis calles y caminar mis barrios.
Te he visto andar en el parque de la mano de otro iluso, como yo.
Tu mirada se perdió en tus pasos bajo mis ojos incrédulos.
Un cigarro, qué más puedo hacer? fumar, notar el humo;
verlo como se pierde por el mismo camino angosto a la soledad.
No puedo decir que me causa indiferencia o dolor o alegría;
me toca como un poema, como una canción antigua;
me trae a colación miles de presencias que no quieren viajar,
porque son reminiscencias mías entrelazadas con las tuyas,
son imágenes perversas que me atan aún a tus ojos tristes de mayo.

Qué tarde de primavera! Qué sol abrasador! Qué sorpresa!
Pasaste por mi lado escondiendo lo más bello de la vida,
tu mirada, que buscó una llaga en el camino, una herida en la tierra.
Quizá trató de evitar una memoria, que al final siempre es amarga.
No te vi dichosa, ni abatida; te vi pensando, evitando, perdiendo.
Esa es la realidad del encuentro furtivo de aquella tarde calurosa:
perdiste, perdí, perdimos para siempre lo que nunca tuvimos,
aquella ilusión perversa de cambiar nuestros mundos y el de los demás.
Perdimos para siempre la sociedad ambigua que lleváramos,
te perdiste para siempre de mis brazos y mis ojos sesgados.

Pero, ya no se puede sollozar por lo que no volverá o lo que no será.
Cabe mirar adelante fundado en el presente de riña y canto.
Revolverse en la semilla junto a la tierra, bebiendo sed y agua.
Revolcarse en el lecho buscando asirse de algo que está más allá.
Envolverse en un manto alegre de amistades y vino, en la poesía.
He creado un monstruo y ese es mi gran tormento en este día.
Te hice a mi imagen y semejanza y te apareces en mis avenidas;
escuchas mis cantos y visitas mis desiertos. Te apareces secreta.
Verte es como verme, es como vernos en lo que fuimos tanto tiempo.
No me hace daño. Me provoca, me provoca esto… lo que ahora escribo.



Sábado 24, noviembre 2007… A dónde va la sorpresa casi cotidiana del atardecer… (Silvio de mierda!).

...Y nada más...

Camino al Valle

Canto I


Sinuoso, serpenteante, vago camino;
la tarde refleja tu beso de luna,
tus manos de trigo, cariño de valle.
Hilarante seco de gracia, rubio de calles.
Me acogiste entre tus cerros tutelares.
Gabriela vive en tu nombre y tus montañas
y en el río que te sustenta gracioso.
Me espía la noche con su viento taciturno.
Abajo reclaman su ruta hacia el mar,
codeándose digno entre estrellas y lunas.
Lleno de gracia se ondea entre nubes y
entre los álamos grita su canto de lluvia.
Remueve entre montañas su canto serpentino.
Elqui, memorable de sufridos cánticos,
de noches titilantes y de senderos antiguos.
Me amparaste entre tu valle luminoso y tus rutas.
Tus caricias difíciles y tu amor furtivo
me mimaron con gracia y con nimbos eternos.
Veo correr a una niña, Lucila, entre tus brazos.
Vislumbra un camino de continentes azules
y yerras naciones que renacen con la aurora.
Mis manos se entretejen en tus montañas,
se arropan de follajes breves en tu silueta.
Se inspiran de las constelaciones mañosas
que abogan por tus montes sobre el riachuelo.
Frío, viento, callejones oscuros y abismantes.
Camino abajo entre mis sueños descanso
para huir fugitivo entre el camino complicado
de una tarde radiante de músicas diversas.
Quieren trabajar las estepas y las sombras;
Los racimos y la subida difícil de cuestas y arreboles.
Desean paz de árboles, brisas y cantos sombríos.
La vida es difícil y noctámbula en tu valle luz.
Se acurruca entre tus árboles y plazas.
Tus iglesias que emergen de la oscuridad y
de entre la juventud que visita tus uvas eternas
y compra anillos y aros para la posteridad.
Elqui, célebre de viajes siempre vivos,
de novas fugaces y constelaciones refulgentes,
de caminos de tierra y el río cantando,
de vegetación frondosa con remos de viento.
Valle, flor de esta región observadora.
Maraña de apéndices y venas sangrantes
que el cándido sol acogió bendito de cielos.
Protege el canto de la bella Mistral que no cesa,
que fulgura con luces de peces abisales,
que trae el encanto de campos silvestres.
Se escucha al fondo arrodillado el río. Su ímpetu.
Hijo nacido de edenes, de planetas, de pájaros.
Tu tierra, bendición de parras y mujeres,
fábrica de estertores de plata. No calles.
No mueras en un llanto de lluvias.
Sobrevive a los tiempos y a la soledad.
Entre caminos lúgubres escribo, bajo tu manto.
Me canta el río con su voz ingenua, serena y vivaz
y su noche, me acurruca con su frío alegre e inocente.


La Serena, martes 17 julio 2007

lunes, noviembre 12, 2007

Mi noche frente al mar

Luces cerca del puerto
la noche cae mansa sobre el mar.
Se quiebra mi voz al hablar,
el cigarro solo se consume.
El faro, las sirenas nada importa,
das la vuelta y te vas.
Enciendo otro cigarro y
veo como el humo
se pierde en la noche.
La gente apura sus pasos,
su hogar tranquilo los espera.
Ahí estoy sentado frente al mar.
Tu lado a mi lado
lo sitia el silencio.
Silbo suave una canción alegre que,
Sin embargo, suena triste.
Las estrellas lo acogen
con su dulce y parpadeante mirar.
Pienso tantas cosas
y enciendo más otro cigarro
que solo se consume.



Santiago, febrero de 1998.