lunes, diciembre 29, 2008

Mi amigo (A Rodrigo que vive en el mar ya hace seis años)

 

Tengo un amigo, un amigo de la música,

Del viento y de los amigos, de la noche.

Mi amigo es risa y todo paz, es noble y de hierro.

Es un canto emergente en su guitarra zurda y

Un desfile de banderas rojas en su pensar.

Mi amigo llegó un día a la casa y se volvió estrella,

Y su luz nos hace caminar otras sendas.

En tiempos grises nos llena el espíritu y la sonrisa

Con canciones de añosos arcoiris allendistas.

En tiempos de sequía, se sienta y comparte la mesa

Y la llena de poesía, nosotros, hacemos el resto.

Nos vemos a diario por la ciudad, muy seguido,

Él irradia su luz motivadora mientras nosotros

Buscamos una llama dentro de sus ojos.

Mi amigo coquetea mucho con el océano,

Y en un principio éste era tan solo un charco.

Un día este océano fue creciendo más y más

Y lo atrapó entre sus fauces y lo volvió agua.

Mi amigo desapareció, nunca supimos dónde fue.

Y lo lloramos y lo cantamos, como se hace a un amigo.

Vivimos un duelo negro de canto y poesía hasta hoy.

 

 

Tuve un amigo, un amigo de la risa y de la música.

Sólo sabemos que se fue al mar, pero creemos

Encontrarlo en alguna de las estrellas del cielo.

Él siempre nos decía “buena, buena”, entonces

Nada malo ha de haberle pasado, ¿por qué?

Mi amigo era luz de mediodía. ¡tal vez se volvió

Canción!. Mi amigo era también compañero.

Era hijo, novio, hermano. Era muchas cosas.

¡Tal vez se volvió ave, esa que trina por la mañana!

Mi amigo era muchas cosas distintas.

Podía ser flor o volcán; calma o tempestad.

¡Quizás se volvió lluvia del sur!, linda humedad.

Yo tuve un gran amigo que se fue en busca del mar.

Quizás este océano no es tan huraño ni horrible;

Pueda ser que algún día deje volver a mi amigo

Para sembrar y cosechar canciones de amor.

Tuve un amigo de los amigos y amante de la vida.

Sólo sabemos que se volvió estrella marina.

¡Tal vez se volvió golondrina! ¡Era tantas cosas!

Mi amigo era de verdad, era guitarra, era nocturno.

Mi amigo pudo haber sido amigo de ustedes, también.

 

 

Quiero un amigo, un amigo como el que tuve,

Como el que no tendré, porque se fue al mar.

Sé que no está hoy, pero lo busco en las estrellas,

En los hospitales, en las escuelas, entre los más pobres,

Porque de ellos se nutría y se inspiraba su canto.

Sé que estaría muy feliz ahora que el miedo es cenizas.

Quiero un amigo, un amigo que sea gaviota y volcán,

Que sea lluvia del sur y guía del camino. Lo busco.

Busco a mi amigo en los jardines, porque puede ser flor.

Lo busco entre mis instrumentos y entre mis libros.

No aparece, pero sé que está conmigo, como antes.

Yo quiero un amigo como el que tuve y no tendré.

Que sea amigo de los amigos y del buen vino.

Mi amigo debe ser como era, blanquito, taciturno.

Si está en el océano, es que se volvió pez o arena.

Pero sé que está, porque siento que aún brota vida de él,

Y la vida no se muere ni con metralla de dictador;

No se acaba ni con exilio ni con enfermedad.

La vida es vida porque la vida no se transa ni se extingue;

Al final mi amigo sólo se fue al mar.

 

Si son tus labios los que apuran mi poema

Si son tus manos las que tiemblan mi semblante

Si fueron tus palabras las que me prendaron a ti

Si son tus cabellos los que pululan por mis sueños

Si es tu cuerpo el que ensombrece mi fragilidad

Si es tu caminar el que embelesa mi mirada

Si es tu recuerdo el que agita mi morada

Si es tu voz la que martiriza mis mañanas

Si son tus soledades las que se acercan a las mías

Si de mi deambular es culpable el conocerte

Si es por tu flor que escribo estas palabras

Nada más quedan dos posibilidades

La una es que te amo como a la vida

La otra

        es que te

                perdí

                        para

                                siempre.

miércoles, noviembre 05, 2008

Conversaciones entre tú y yo

Deambulo por entre las calles anchas
Despierto?
Escuchando?
Soñando?
Me parece oír voces que me inquietan,
Voces que provienen de tu alma cantarina.
Y silban,
Ensueñan,
Seducen.
Tu canto es el cantar de tu frondoso azul,
De tu alacena de maravillas y flores tristes,
De tu surtidor de rayos celestes tutelares.
Tu corazón.
Eso es lo que mi voz recoge entre el sudor,
La belleza pura de tu núcleo primaveral,
La libertad preciosa de una cárcel violeta,
El ramo silente de unos brotes vivos.
Camino
Me alejo hacia el mar
Sigo un frondoso camino
Que parece sin final.
El cansancio se vuelve escarcha en la piel,
Como una mentira adosada al cuerpo,
Como una tristeza que no quiere olvidarse.
Penetra los músculos baldíos perennes.
Se torna silencioso y falsamente alegre,
Rebota en los espacios vacíos de la ropa.
El cansancio es como una herida del alma
Eterna
Dolorosa
Injusta
Terrible
Indolente
Pero tu canto lo aleja con un chu! hermoso
Lo conmina a un lado del camino ufano
Lo condena, aunque brevemente, al olvido.
Como lo que dura un recuerdo del ayer
Como el tiempo que pasa entre nosotros
Cuando nos amamos desde siempre,
Como los primeros besos de otra vida
Como tu mano en la mía en el atardecer.
Tú no sabes
Tú no presientes
Tú no imaginas
Tanto que extraño nuestros momentos
Tantos momentos que forman toda una vida
Toda mi vida esperando, solfeando cual playa
Y no de brazos ni dedos cruzados!
No de espectador ni desde una tribuna!
Viviendo, triste aunque riendo, tratando
Con ese sueño de no haber dormido en años,
Con la soledad como compañera nocturna
Ni una guitarra
Ni mi canto sin templar
Sólo bemoles amargos
La música de mi vida eres tú, toda tú, verás:
Eres la senda que he de caminar
Te veo hacia adelante como un amanecer
Por eso corro las cortinas para verte llegar
Por eso subo al techo de mi casa para sentirte
Por eso en puntillas como el alba te espero.
Eres la libertad ansiada, la de los cuadros,
Aquella que con batallas y muerte se gana.
Te dibujo
Te llamo
Te escribo
Me llamas
Me quiebra tu voz
Te vienes a mí entera
Tu noble canto
Lo cantarino de tus pechos
El lago de tus ojos
Lo suave de tu abdomen
Tus palabras de luz
Tu movimiento alegre
El sudor de tus manos
El sabor de tus labios
Tu delicado silbido.
Ya sabes que no eres nueva para mí
Tan solo sé que te conocía, que te amaba,
Que en esta vida u otra te encontraría.
Sin embargo, hay cosas que no recuerdo de ti,
Por eso es necesario que conversemos,
Que hablemos mientras crecemos juntos,
Que soñemos aquello que ya vivimos
Como alerces
Como pehuenes
Como canelos
Como llaretas
Como álamos
Estrellas.
Nuestro amor es un árbol
Crece y sucumbe
Florece a cada instante
Ama la lluvia y el sol
Es tan firme como una roca de Isla Negra
Conversemos amargamente y amistosamente
Conversemos al amarnos y al trenzarnos
Hagamos un chu! A lo adverso,
Un demás poh! A lo que nos depara el destino
Te extraño
Hoy te escribo a tan sólo centímetros de ti
Estás conmigo aunque tú no lo sepas
En el rumor de mis instrumentos
En las flores que riego en primavera
En el viento que roza mi rostro chinao
Cuando escribo
Cuando sufro
Cuando me río
Cuando mañoseo
Cuando no quieres.
Nunca acerqué mi pena al Cristo herido
Nunca odié la ensaña con que me ha tratado
La culpa es de la vida, no del Cristo triste.
Te prefiero de verdad y no en el mito,
Prefiero tocar la pena de tu alma
Prefiero acercarme a tu verdad y no a él.
Necesito que te acerques para conversar
Necesito acercarme a ti para conversar.
Te necesito.
Hablemos de la tristeza, del dolor, de lo herido.
Hablemos de nuestra alegría, nuestros besos.
Conversemos.







Ronnie. Martes 4 de noviembre de 2008.

lunes, agosto 11, 2008

Vacilaciones

Me ensimismo dentro del cuarto

Un cigarro tras otro se unen como amigos

En el cenicero antiguo.

Humean y se responden a escondidas.

Dialogan, se burlan, se enojan conmigo.

Dicen que no entiendo nada

Y se burlan más aún.

Tienen razón estos chicos,

No entiendo nada.

Desde tu ausencia me he perdido.

Los cigarros y las cervezas

Han sido mis amigos y amigos de mis amigos.

Mudo de vez en cuando me miento

Aunque no me gusta hacerlo,

Pero te quiero a lo lejos

Y me parece verte sonreír.

Ya nada es lo mismo.

Lo hermoso ya no lo es y me encuentro

Maldiciendo como un mocoso añejo.

Mi vida es una historia inconclusa,

Sin embargo, te canto…

jueves, junio 26, 2008

Jardín alado

 

A Surimana

Cierta mariposa revolotea alrededor de una sonrisa

Se pierde en su trabajo buscando la palabra

Encuentra el canto dentro de una lágrima de sal

Encuentra un llanto dentro de la risa menuda

Ha encontrado su alma gemela en una nube.

Vuela, vuela mariposa de la maestranza

Mariposa marina,

Mariposa del surco herido.

Buscad los destinos que hay en el vocablo,

En las flores, en los que sufren, en los pobres.

Enciende las llamas con tus alas de cristal,

Prende los fuegos con los principios de la mañana.

Pinta, mariposa, de azul los estandartes,

                                           los estadios

                             los panales

                  la vida

mi sonrisa.

Vuela, vuela mariposa dentro de mi espacio boreal

Mi plaza diáfana,

Mariposa del cielo herido.

Soñad con las cortinas de la libertad detenida

Recoge los epigramas que dejaron los ausentes

Apaga los dolores con el himno de tus labios.

Pinta, mariposa, de flores los engranajes,

Las noches

              La desesperanza

                                 La injusticia

                                                Mis amores.

Mariposa, que si encuentras dolores ajenos

Y los sientes como propios,

Verás que te he envenenado con mis llagas.

Mariposa, vuela siempre aunque perdida

Aunque enlutada de amantes,

Vuela por las soledades de la vida,

Como una golondrina en mar abierto,

Como una gaviota perdida en un bote triste.

Vuela siempre mariposa

Y aunque encuentres sal en el camino

O lágrimas en los besos amigos

Buscad siempre en las sonrisas

Aquellas palabras que florecen como poemas.

jueves, junio 19, 2008

Canto al tiempo

Rompiendo el mar me vine hasta tu gruta
Cruzando azul tu manto cristalino.
Llego hasta aquí garante de gaviotas
Sembrando mil graznidos por tu arena lunar.
Huelga de hoz tu bosque que más quiero
Como un zorzal perdido entre tu embrujo
Me acerco al lar prohibido de las hojas
Y esbozo un pasto tierno
Como el viento que brilla
Viajante cerro arriba
Urgente de coral.
Volcán de oro que ruges como pez
Entre las nubes sedantes de corbata.
Siento mi voz quebrada entre los sitios
Donde se armó la historia
Donde quedó el dolor.
La primavera enciende
Su graznate
Juglar de turno que opina
Sin dudar.
Son esas flores que vuelan
Por tu duelo
Que arriman mi bandera
Del juicio terrenal.
Que vive en penumbras
Que incita a morir.

Subes de nuevo cenizas a mi mente
Queriendo huir lejano de pañuelos.
Siento pasar la mano de la ensaña
Blandiendo fiera espada
Como cazando brujas,
Exilio lapidar.
Pretendo ir al campo de batalla
Con la vihuela sensible y cristalina.
Ir más allá de todo lo vivido
Perdido en tu labranza
Y tus cabellos finos.
Llegar a ti ausente en la victoria
Y en su lugar mil voces que arremeten.
La paz es hoy un árbol de aquel cerro
Donde sembré mi llanto
Donde volví a sembrar,
La ruta de mi historia
Diez copas y un panal.
Zumbando voy tu bosque de ataduras,
Queriendo amar aquello lo imposible.
Crepuscular mi manta me recoge
Enciende los caminos donde poder bregar.
Buscando el lecho donde acostar la muerte,
Viajando a otro sueño
Lujuria en tu mirar,
Volcando mi desvelo
Con esta tierna edad.


(Mi Homenaje para mis Treinta y Seis)

El trabajo de la primavera (A Salvador Allende en su Centenario"

Dejemos que florezca la primavera
Con su traje de luces marinas,
Aunque sería necesario ocultar el gris.
Dejemos que florezca con su luna mineral
Y con su artesanía de maderas nobles
Aunque el amor no esté presente.
Démosle espacio a las flores y al canto,
Al verde violáceo de su poesía,
Aunque hallamos enterrado
A nuestros muertos.
Dejemos que el tiempo cumpla su plan
Que se refresquen las justicias,
Que se reparen los daños causados,
Que nos devuelva la ternura,
Aunque ya nadie piense en esto.
Sigamos el camino trazado por los viejos,
Detengamos el tiempo y devolvamos la mirada
Retomemos la calle, el arte y la bandera;
Y, por qué no una metralla?
Un laúd?
Un sombrero?
Una estrella?
Una nube?

Dejemos que la primavera continúe su trabajo
Y prosperemos con ella,
Con los mártires en la memoria y en el espejo,
Con los sueños truncos olvidados,
Con la certeza de lo nuestro y el pan de noche
Amargo.
Avancemos como la primavera,
De amor llenemos los recodos y los cielos,
Inundemos de lisonjas nuestras poblaciones,
Renovemos nuestros saldos,
Los deberes que caminan por nuestro flanco.
Ayudemos a la primavera en su recorrido,
Más flores menos llanto,
Más risas menos lamentos,
Más patria menos dolores
(Dólares)
Sembremos para una buena cosecha
Ahora es el tiempo maduro de arar,
Se acerca la primavera,
En septiembre volverá.

lunes, mayo 19, 2008

Un navegante en San Bernardo

(Discurso pronunciado con motivo de la entrega de premios al profesor artista e intelectual)


Nací en un pueblito dominado por un cerro tutelar incaico, limitado por tierras de cultivo, el río Maipo y la capital. Nací a principios de los setenta en un tiempo de humo y llovizna, bajo el alero tibio de un sistema social que marchaba hacia la justicia máxima y democrática, de la mano del único presidente que llevó al pueblo hacia sus conquistas más importantes, Salvador Allende. Vi la luz en un hospital de madera, muy cerca de mi actual escuela, donde reinaba la paz de roble antiguo y la armonía parroquial. San Bernardo, mi ciudad de toda la vida, me vio deambular por sus calles, piedras y cuarteles. Supo de mis amores y desventuras. Se ha enterado de mis vuelos nocturnos y resacas matutinas; de mis andares navegantes por sus cerros y callejas. Cómo no he de quererle!. Pero, han pasado los años de la primera infancia y me encontré arriba de una bicicleta corriendo por los colores de esta mi comuna, jugué fútbol por Magallanes, corrí por la Maestranza arrancando de los guardias, sentí el rocío del amanecer en la estación, mis primeros besos en la Avenida Portales, me sentí Atahualpa en el Pukará. Seguí mar adentro. Hice de amigos y más amigos, hermanos, compañeros. Con algunos de ellos nos iniciamos a la música en el Liceo de Hombres. Crecí sin darme cuenta, como no me daba cuenta de cómo hacía tanto con tan poco y en tan poco tiempo. Así, creo, nacen los maestros y crecen los artistas.


La pedagogía llegó a mi navegar de la mano de los acordes de una guitarra y de unos deseos enormes de cambiarlo todo (sigo pensando lo mismo). Ahora divagando, es verdad que la vida fluye y que se hace camino sin muchas veces saber adónde nos conducirá, como un bote sin remos, a la deriva; prefiero vivir como hubiese querido vivir Borges: descalzo y sin tantas preocupaciones o como Huidobro, al segundo. Mi mujer, la música, me llamó desde las aulas donde estudié y de ahí nací, nuevamente nací a vivir, nuevamente a vivir, ahora la profesión linda que llegó a mí estando en Chinquihue, el llamado. Siempre supe que todos los docentes de la patria tenían su gracia artística o una suerte de mística o prestidigitación: músicos, poetas, escritores, albañiles, electricistas, boteros, políticos, como en la vida, porque también se enseña desde la experiencia y el ejemplo, como aprendí de mis primeros maestros. De aquellos, recuerdo a muchos, especialmente de la Escuela 3, República del Brasil y del Liceo de Hombres, donde empecé mi formación humana e integral, acá hay algunos de ellos. Y me gusta volver a estos lugares a oler el tiempo y la nostalgia, a reencontrarme con mis amigos, hacer los recorridos antiguos y evocar. Pero, todo cambia: cambió el triste gris castrense de un septiembre para olvidar por un arcoiris de marzo que se ha ido destiñendo con el tiempo. Murió el miedochet un diciembre y la injusticia se ha ido encarcelando en octubre, como un exilio. Ha renacido la cultura, la música y la poesía, en abril. Para renacer ha nacido, para reinventarse en el amor y la armonía.



Como músico y profesor viajero, trotador y constructor, he recorrido el sur de Chile y el norte memorable. He ido aprendiendo de pescadores, artesanos, gente de la calle, mineros y del bosque fluvial. Mi bagaje navegante lo proyecto al aula y a los niños. Otro mundo, otra realidad, otros paisajes, otras gentes se aparecen. La pifilka y la trutruca se funden en la lucha mapuche y en el we tripantu que se acerca. Mi guitarra se escuda del puelche y del frío. Veo una niña, Gabriela, en Montegrande, cantando, creando. Danzan las aves en Lonquimay y en Valdivia hay una luna que se baña en el río, donde yacen muertos unos cisnes en nombre del progreso. Cómo se les cuenta Chile a los niños?. Sólo el maestro tiene esa capacidad de relatar y enseñar nada más que con su presencia, como los sabios griegos o la machi milenaria y su cultrún. Sólo el maestro enseña desde el corazón. Nosotros vemos a los niños como el soporte futuro de la sociedad chilena y vemos, también, un poco de nuestros sueños truncos torciéndole la mano con barricadas al destino en esos niños inquietos y cada vez más violentos. Solamente nosotros vemos en ellos una nueva oportunidad para nuestro país.

La invitación que me han hecho para hoy me pedía hablar un poco de mi experiencia pedagógica, la cual resumo en lo siguiente: “a mi lado derecho en la sala de mi escuela hay una guitarra que siempre me mira, y frente a mí hay muchos niños esperando que esa guitarra cante, cuente y encante con su sonido mágico y su sonrisa festiva”.

Gracias por la invitación y por la oportunidad de estar junto a todos estos grandes maestros de San Bernardo.

Buenas tardes.



Abril 30 de 2008

lunes, abril 07, 2008

En el Sur I

 

Temuco aparece sombrío y nocturno fuera del Terminal. Recién despierta a la vida matutina bajo Ñielol. Lonquimay ende la cordillera nos espera tras los saltos inmemoriales: El Indio y La Princesa como en un beso se diluyen hacia el mar esquivando caminos, piedras, bosques y cantos de aves danzarinas.

El Sol no deja de azotar las carnes y ya parece que el invierno no asusta a La Araucanía. El Lonquimay emerge como un crustáceo en el mar y mira desesperadamente buscando al Llaima que le hace señas de humo. Qué paisaje, qué clima!

Y volver, volver a Temuco y al Ñielol para seguir avanzando hacia el Sur. Valdivia me espera con amigos, vino y guitarra; con Niebla al borde del abismo, con la presencia española y los bosques de alerce milenarios. Allá voy, conociendo mi Chile...

viernes, enero 04, 2008

Rodri, 2008

Aquí entierro mis versos

con el afán que echen raíces

y te busquen en las profundidades

de la corteza terrestre.

No tengo mejor forma de hallarte

y se hace necesaria la comunicación

en el contexto que sea.

Apartaré la tierra y te hallaré

en el remanso del abismo.

Estarás con tu guitarra,

unas hojas con música y

algunas fotos familiares.

En algún rincón de tu morada

estarán nuestros nombres bajo

los pseudónimos de tus bandas

que no te olvidan.

Te llevaré vino y flores,

Qué más se necesita aquí o allá?

Te diré algunas cosas y

dejaré que hables mucho.

Tal vez no lo harás,

pero me basta con cantar.

Cantaremos canciones nuevas,

a nuevas revoluciones e

ignorados compañeros.

Te mostraré algunos textos

y los leerás sonriendo

con tu menuda y socarrona

sonrisa de aprobación.

Haremos un gran asado,

Y por qué no?,

Luego que aparte la tierra.

Seremos por primera vez libres.

Quién nos dirá lo que hacer o comer?

Si evitar el café o bañarnos en sal.

Nos reiremos del mundo y

pintaremos todo de azul,

total siempre fue nuestro color.

Izaremos nuestra bandera

y pintaremos un mural.

Cosecharemos la uva

y sembraremos primaveras.

El nuevo año dejará de ser lo que es.

Inventaremos un nuevo tiempo

y un nuevo sistema de números,

un calendario de arcilla…

Tanto haré cuando aparte la tierra

para vivir mi nueva muerte!