jueves, abril 12, 2007

Un verano naranja...

Niebla en Valdivia


Valdivia se duerme con júbilo como dos amantes.
Una gaviota emprende vuelo trinando hacia Niebla.
Los aserraderos emanan olor a pan con chicharrones.
Mancera emerge desnuda y nocturna frente a la caleta.
Los lanchones rompen el agua con sus motores roncos.
El terremoto dejó su huella indeleble por la Costanera.
Los viejos comienzan a echar de menos el verano gentío,
para sumergirse en sus diarios inviernos, solos y tristes.
Las postales están por doquier en este paraíso.
La tarde amenaza con su belleza marina en Corral.
Una gota de frío se pierde en mi mirada horizonte.
Los amigos y hermanos acuden con bríos a la junta…
…Hoy trataremos el día de mañana y el próximo,
debemos apurarnos para tratar todos los días, incluso
aquellos en que ya no pernoctaremos acá, estaremos allá.
Una vez que termine la junta, beberemos nuestra sed.
Ya hubo música y viajes, paseos y canto, qué más!
Mañana habrá de lo mismo y tal vez pescados y pilsen.
Lo demás que ocurra me tiene casi sin cuidado.
Me preocupa la lluvia que ha comenzado a caer ahora.
Yo acá entre los vidrios del mall no la siento. Estoy triste.
Temo salir y no poder tocarla. Tiempo ingrato. La horita.
Ahora el cielo está nublado y hay niebla en Valdivia.
Como que hay Niebla en Valdivia. Niebla es beatiful.
Quiero oír guitarras cantando. Un Schwenke por ahí?,
Un Nilo por acá? una lectura de Manns o Riedemann.
Valdivia me sobrecoge, es como si me alienara.
Me deja vagabundo en Picarte y saciado en Torobayo.
Me llora en Cruces y en Calle Calle me baña de luna.
Amo su historia: Pérez Rosales, la colonización, 1960;
los mapuches, sus fabricas de calzados; sus ríos y valles.
Su cerveza y compañía. Su gente y su clima, mis amigos.
Hoy ya es región nueva, numerada como antigua escuela.
Tenían que pasar tantos años para volver a enamorarme!.
Siento que soy más de acá que de allá, pero mi mente
maleada de bulla y transantiago me vuelve más al centro.
Estando hoy en Santiago de Chile, que nunca será Chile,
me parece escuchar aún la voz de mis amigos:
“Ahí viene la 20, cabros!” Queda cualquier noche. Bacán!.
Mañana tendremos otra junta para ver que haremos los
próximos días. Será una junta noctámbula como las otras,
seguro que será en Niebla, con niebla en Valdivia…


Ronnie Pérez.

A Marcela y Álvaro (güena, güena…)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guuuena Ronnie:

Nos emocionamos con los recuerdos que nos tragistes a la memoria, esa memoria próxima, que la tocamos con sonrisas y alguna que otra lágrima... memoria que cobrará vida en las vacaciones de invierno, ya que volveremos (esperamos que contigo)a visitar esas tierras húmedas y maravillosas.

Gracias, Alvaro y Marcela
(La invitación no es chiste y pégate una llamaita po'logie)
¡Arriba Fahena!