martes, noviembre 17, 2009

Una antena de celular en mi sala, por favor… que estamos solos…!!!

(Artículo publicado en la revista Profedigital.cl)

Vivimos una decadencia triste de nuestros valores ciudadanos, en la cual de alguna forma todos somos responsables. Unos más que otros, por supuesto. La televisión nos recuerda a cada instante que la raza humana es una casta miope, mala y desventurada, que camina hacia el caos y la anarquía social. Sin embargo, esa misma televisión se concibió como hermanable para la educación, sin embargo, como amigo educador ya ha desaparecido. Esto es una suerte para las escuelas, ya que nunca cumplió ese papel, aunque eso nunca lo han dicho las autoridades.
Hoy hay muchas formas de comunicación, y nuestros niños y jóvenes están tanto o más al tanto que los maestros. La conectividad total se vive en las aulas: juegos electrónicos, bluetooth, celulares de última generación, cámaras de muchos megapíxeles, memorias infinitas, etc. Nos es imposible escapar de las ondas que estos aparatos emiten, así como de su alcance inmediato en la educación de los niños de hoy. Las escuelas, durante estas últimas décadas, se han transformado en El espacio que tienen los niños para compartir con sus pares de forma segura y amena, amistad que se traduce en juegos, peleas, conversaciones, intercambio de láminas, pololeo, debates tecnológicos, etc. Más que un espacio puramente educador (como parecen creer desde otra galaxia las autoridades), la escuela se ha ido abriendo para proteger y dar la seguridad que los alumnos no encuentran en sus barrios ni en sus plazas, y a veces, en sus propias casas.
¿De qué forma podemos, dentro de esta didáctica de juegos y encuentros entre pares, mejorar un puntaje como el Simce, de una trascendencia que los niños no entienden para nada y que, sin embargo, son tan importantes para el Estado?
Las políticas gubernamentales, y no sólo las de educación, sino en términos generales, han llevado a nuestra sociedad a atrincherarse en las casas, a ver las plazas y los barrios como focos de extremo peligro. Se han eliminado las canchas y los espacios de juegos, se han cerrado estadios y han construido, sobre aquellos potreros donde elevábamos volantines, villas y condominios de acceso restringido. ¿Restringido a quién? Al mundo real. Ese donde hay pobreza, abandono, soledad, tristeza, mala economía, trabajo nulo, a veces también alegría. Pasa lo mismo con las autopistas de alta velocidad, están enclaustradas entre rejas para que veloces y modernos automóviles puedan moverse muy rápido en diferentes direcciones de la ciudad evitando ver los tejados con neumáticos, los microbasurales de las poblaciones; alejando de su vista a los rotos que nunca han querido mirar y conminando al resto a deambular por las caleteras con un tag que pitea mucho y con la visión cercana de una dura realidad. Realidad que se nos muestra crudamente en los noticiarios de la televisión abierta, aquella que todos tienen acceso, viejos, adultos, jóvenes y… niños. Es difícil abstraerse de lo que está pasando en el mundo real cuando nuestros alumnos sólo piensan en un teléfono móvil, un Mp4, un notebook. Tal vez si instaláramos una antena celular en cada sala podríamos traer el mundo a los niños de una forma más amena donde ellos jugando sanamente aprendan. Y así puedan correr por los patios, jueguen a las láminas por los pasillos, pololeen furtivos en algún rincón, se encuentren con sus amigos. Después vemos cómo los escoltamos hasta el encierro de sus casas para que lleguen sanos y salvos y ya, mañana, cómo los traemos de el, a veces, infierno de sus hogares, hasta el paraíso de el colegio que los acoge y donde los profesores son su única esperanza…
Hay escuelas que tienen ciertas necesidades y no les es difícil llevar a cabo su tarea de educar. Sencillamente enseñar e instruir. Objetivo principal: puntos para el Simce. Ahí no hay niños con tantos problemas, sus familias funcionan más o menos bien, viven en barrios seguros, el papá sale todos los días a la oficina, la madre es una abnegada dueña de casa o también sale a su consultoría jurídica, la comida alcanza, etc. En otras escuelas, las necesidades cambian bastante: valores, comportamiento, orden, responsabilidad, acoger, alimentar, dar protección, educar. Pero, ahí está la sombra penosa de los resultados Simce y la amenaza de cerrar ya que no rinden en maléficos puntos. Me pregunto ¿dónde irán a para todos estos alumnos cuando se cierren estas escuelas? Al Andreé English School, al Nido de Águilas, al Instituto Nacional, al Calasanz…? Si fuese por exigir resultados positivos, tendríamos que cerrar el Congreso, los bancos, La Moneda, las fuerzas armadas, las empresas privadas y estatales, el Estado, las elecciones…
Mientras algunos roban corruptamente o se alianzan y se coluden en precios de medicamentos; por la vía del candidateo presidencial buscan negocios o un cargo rentable, nosotros tratamos de que nuestros niños sean de bien. Y les pedimos que no roben, que no garabateen, que no se golpeen, que sean buenos chilenos… Lamentablemente o para bien, ellos se enteran modernamente a través de celulares, internet, la televisión, que el mundo que nosotros queremos construir junto a ellos, no es compartido por las autoridades, porque al final cada uno se salva como puede en este mundo hostil que han creado para nosotros, ya que los maestros y nuestros educandos somos simples habitantes temporales medidos desde el Olimpo por fríos y paradójicos puntajes.

miércoles, mayo 20, 2009

Benedetti, otra luz disminuida, pero, no perdida.

Asistimos en este tiempo al debate entre la literatura y el quehacer histórico del poeta o escritor en su deber con el pueblo. La partida de Benedetti, ha traido a colación este sentir profético de que el arte debe representar el sentimiento de las personas, su sensibilidad y su pasión intrínseca, ya que es a ellos a quienes están dirigidas las palabras.
La desmoralización de la sociedad de la mano con el desorden estatista y la anarquía de los poderes fácticos, ha logrado que las artes en general estén relegadas a otro tiempo, como que asisten a su entierro. El arte muere cuando muere en el pueblo. No lo pueden matar, tan sólo en la prensa y en los editoriales. Mientras haya una persona creyendo en la belleza, existirá la poesía.
Si miramos los programas de nuestros futuros gobernantes, las artes no figuran, tampoco los colegios; sólo la economía, que sube al tambor rimbombante de aquel país del norte.
La ausencia que deja Benedetti, se suma a muchas faltas y espacios que han dejado los grandes y verdaderos próceres de latinoamérica. Lugares difíciles de llenar, imposibles. pero son hálitos de lucha, son pan de combate. La relectura de aquellas luces del pasado cercano nos asirá firmemente al presente inmediato y nos guiará en la batalla contra aquellos que se rigen por números y gráficas económicas y que han sabido ocultar la savia verdadera del mundo, el arte.
Nunca las muertes han sido en vano, cuando son muertes sentidas por la gente. El pueblo da el sitial que se merece a sus artistas. Lo supo Neruda, Huidobro, García Lorca y muchos otros que han sido el abono para el nacimiento y proliferación de la belleza de las palabras. Benedetti, lo supo también. Su paso por este mundo no fue inocuo, bien lo sabemos quienes lo leímos, lo leemos y lo leerán en el futuro...

martes, mayo 19, 2009

Pasatiempo de niño (A Mario Benedetti)

De pequeño nunca fui muy amigo de los libros. Me entretenía con las portadas y con la biografía del escritor más que con el contenido. Me encantaba sí, coleccionarlos. Tuve y tengo muchos. Sin duda, la sublime forma que tenía de enterarme que existía la poesía y otras cosas lindas, era a través del colegio, el único lugar de entonces donde se nos abrían las ventanas y las puertas para poder conocer, conocernos y huir. Esos años eran muy difíciles. En aquel tiempo, la muerte no existía (para nosotros, niños) y podíamos bañarnos en un charco como si fuera el océano.

Fui creciendo y necesité en aquel momento de transición entre la niñez y la adolescencia, una tregua para detener el tiempo y pensar dónde continuaba la senda. Conocí a Benedetti a través del romanticismo que comenzaba a aflorar en nosotros, jóvenes sensibles y subversivamente modestos. No era el tiempo de la poesía y el amor estaba pasado de moda. No había un decreto que impedía la lectura y aún quedaban muchas flores sin deshojar. Entonces, a lo lejos, percibía aquella voz que susurraba desde el exterior invitando a no desfallecer en la idea y me calmaba pensando que todo pasaría pronto. Ya la muerte rodeaba el ambiente, pero, aún para mí era sólo una palabra y corríamos a jugar al estanque del estadio Vulco, que para nosotros era como un océano.

Pronto estaba cantando con mi guitarra, si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo… y jugaba a ser grande metíendome en los líos del amor. Con la ayuda de Mario Benedetti, lograba mis conquistas y con la asistencia de mi hermano, las perdía. En el liceo tomaba mi lápiz y trazaba algunos versos en la hoja mientras mi maestro de historia nos hablaba de la virtud de ser sanbernardinos. Mi pelo crecía rápidamente y mi voz se tornaba más gruesa al igual que algunas rabias que venía acumulando como si fueran piedras del camino. Pasábamos, con mi hermano, las vacaciones en Rapel. No reservábamos del mundo sólo un rincón tranquilo, no nos llenábamos de calma. Aquel lago era para nosotros un océano y nos entristecíamos con la muerte de mis abuelos y con las muertes de los otros.

El tiempo es como un pasatiempo, desfila muy rápido y se va sin darnos cuenta. El tiempo es como la vida, no nos avisa que lleva prisa y quiere pronto terminar la carrera. Mientras la vida, el tiempo y los soldados pasaban, yo escribía, cantaba, jugaba, soñaba. Sentía ruidos afuera de mi casa, pero yo seguía inmóvil; inmutable en mi tregua juvenil, leyendo en los apagones, yendo hacia algún recuerdo que yacía imperturbable en mi memoria, una palabra.

Necesitaba definir qué iba a ser de mí para el resto del tiempo… La pedagogía llegó de la mano de la revuelta, de una guitarra y un compromiso. No quería nada más que cambiar y cambiar el mundo, aunque fuese inmenso, hostil e incontable. Nunca congelé el júbilo ni quise con desgana a pesar que el infinito se encogía peligrosamente. Aquella tregua que me dí leyendo a Benedetti, produjo eso difícil de explicar, pero que te provoca, te llama, te llena de ira y de paz; te produce pan, te inspira, te acerca a la verdad, como la que nos duele en estos largos instantes.

Hoy sabemos realmente qué es un océano, sabemos que el futuro es una fe de erratas y ya echamos a andar nuestra fábrica de nostalgias. Tenemos claridad y conciencia que la muerte comienza a ser la nuestra, porque perdimos una de las estrellas que nos guíaban el camino y sus recodos. Te perdimos, Mario, y estamos asistiendo a nuestra propia muerte. Pero, lo hacemos con solidaridad y gracia, tan sólo para gritar ¡Patria! con bronca y tristeza, a una sola voz.

viernes, mayo 15, 2009

Qué fue del amor?

A medida que pasan los momentos, las evaluaciones, los resultados, las noticias… nos podemos ir dando cuenta de lo que se espera de nosotros los maestros para la educación en este tiempo de crisis inducida.

Nuestro rol ha ido mutando desde hace algunos años y no es por que toma algún color político o baila a un ritmo dado por cualquier batuta de circo. Es porque la sociedad nos ha planteado un nuevo desafío: hacer de un poco, algo, con nada. Es fácil de entender, nos dejan al cuidado de futuras generaciones con el afán de que nada cambie (de alguna hipnótica forma logran esto). La televisión, los propios textos escolares, la radio, los medios de desinformación, son todos nuestros enemigos. Ellos echan a la basura en un segundo lo que nosotros podemos lograr en todo un ciclo de enseñanza: valores, respeto, humanidad, aprendizaje, amor.

Creo que de alguna forma las herramientas TIC,s pueden ayudar a vencer esto o, al menos, paliar en algo la propaganda adversa diaria; ya que existe “libertad” de elección de lo que se quiere ver o informar, hay millones de lecturas, otros mundos, imágenes, cultura, poesía. No sólo violencia y desamor, como nos tratan de sugestionar los poderosos a través de sus medios. Internet puede ser un gran aliado de nosotros los maestros, no hay seis canales de televisión que no sirven de nada, no está la violencia y el terror que aparece en Megavisión, no están los íconos sexuales de Infieles o Yingo, las cárceles de Mea Culpa, los 133 de los otros canales ni los diagnósticos de una muerte anunciada. Tal vez haya cosas peores, pero hay también mejores, mucho más hermosas, reconfortantes y más positivas. Es decir, hay un abanico de posibilidades, no la propuesta subliminal del acabóse que nos invade en la televisión abierta, que es la que muchos de nuestros niños están condenados a ver.

Nos han hecho creer que sólo los contenidos de ciertas áreas son importantes, un lenguaje mínimo y una sumativa rápida, un leve mirar de la naturaleza y una pérfida y malintencionada visión de la historia. Pero, dónde está la belleza de las artes? En qué quedó la importancia de la actividad física para ser mejores y más sanos? Los “genios” que crearon los programas educativos, los hicieron pensando en otra realidad, o a la rápida, porque tenían que rendir cuentas a bancos extranjeros u otros capitales. El gasto que han hecho en educación, aquel que se habla en los discursos de los 21 de mayo, en qué parte del camino se quedó, que no llegó hasta mi escuela? Da la sensación que nada puede cambiar o que hay manos negras (señores oscuros) que no quieren que nada cambie.

Pero, ahí se alza esta herramienta del internet (y algunas otras). Ahí están todas las posiciones, como ésta. Ahí están todos los colores y no sólo aquellos del arcoíris desteñido de la concertación. Ahí están todos los pensamientos y no sólo los editoriales de los Claro, los Piñera y otros dueños de medio Chile. Ahí uno puede ser libre, puede elegir. En la escuela, nuestros niños no pueden optar; estamos los maestros, los directores, la gente de arriba, de más arriba y de aún más arriba, imponiéndoles cosas a conveniencia de otros que están aún mucho más arriba, como dioses. Algunos dicen lo que los niños tienen o no que aprender (dioses). Otros juegan con los dineros que nos han sacado de los impuestos y deciden dónde van a parar los pesos (a las escuelas no, por supuesto). Otros fiscalizan, “cuidan estos dineros” (dioses menores); otros más audaces crean instrumentos como el Simce, para medir lo que nuestros alumnos no han aprendido de lo que ellos necesitan que aprendan, para “rendir cuentas” a sus dioses (dioses ejecutivos).

Nuestros niños se han transformado en puntaje. Los han transformado de la noche a la mañana en un vil puntaje. - “Cuántos puntos tienes tú, niño, para ver si estás apto para esto o para lo otro, si mereces este beneficio o no, si realmente necesitas desayuno o si mereces un almuerzo. Si tienes harto puntaje, eres mi aliado y aliado de la escuela, pero de lo contrario, no vengas a dar esa pruebita Simce, que nos jodes a todos…, porque al final todos somos un triste puntaje”.

Dónde está el amor, esa palabra mágica que nos hace superiores, que nos hace sentir y palpar que no estamos solos, que te tengo tanto como tú a mí?

Parece ser que se extravió en el tiempo. Hoy el terror y el miedo ocultan el amor, pero, el amor existe, señores! Quieren que desaparezca y lo han hecho desechable! Pero, existe, amigos!

Ese es nuestro rol ahora, recuperar el amor y darle el sitial que se merece. No debemos seguir creyendo que quieren lo mejor para nosotros, nosotros debemos saber qué es lo mejor para cada uno de nosotros y, como maestros, lo que es mejor para nuestros niños. Debemos darles a ellos las herramientas de la elección, no la imposición abismal que existe ahora. “Los medios en Chile son pluralistas”, patrañas! Nuestros alumnos no tienen elección, los maestros no tenemos elección. Tal vez nosotros estemos un tanto perdidos (aunque no del todo), pero, ellos son niños, tienen el tiempo y pueden tener las ganas de hacer que las cosas cambien. Nosotros debemos abrirles las ventanas para que sean libres, para que sueñen que otro mundo es posible, para que luchen con lo adverso hasta vencer la imposición de este sistema cruel.

Debemos lograr volver al inicio de las relaciones humanas, debemos recuperar el amor. Sólo así, no volveremos ver golpearse salvajemente a dos alumnos de primero medio en la televisión, dejaremos de mirar las balizas de la policía a cada instante. Debemos ser capaces de lograr esto y torcerle la mano a aquellos que no quieren que esto cambie, a aquellos encubiertos oscuros que se valen del caos y la incultura para hacerse de poder y dinero.

Ronnie Pérez, Profesor-Músico.

miércoles, mayo 13, 2009

Nuestro mundo

(Artículo publicado en revista profedigital el 5 de abril de 2009)

Hace un rato nada más estaba “armando” un diario mural sobre el día del libro para este 23 de abril. Digo “armando” porque era más bien una instalación visual que contenía muchos elementos, algunos de ellos interactivos y otros que podrían tomarse como hipervínculos (links a sitios web relacionados con el libro).Es muy interesante lo que pasa en estos tiempos, donde se nos recomienda desde las altas esferas de la educación, bombardear a nuestros alumnos con lenguaje y matemáticas, dejando de lado otras áreas, como las artes visuales, musicales o la tecnología, aún inclusive en un mundo donde la gráfica prácticamente ha reemplazado al texto.No es para nadie nuevo que aún estando en esta “semana del libro” o sabiendo la necesidad de la lectura, nuestros niños no lean. Hay que obligarlos. La lectura abre posibilidades de sueños, de otros mundos… de viajar o conocer sin dinero, que ya es importante. Para nosotros, gente del siglo pasado, era nuestro único medio de poder lograr esto y más. Pero ¿qué pasa con nuestros alumnos? Con sólo un clic están recorriendo en 360 grados la ciudad de Machu Picchu, con otro, están ya dentro del museo de Bellas Artes observando a Matta, en otro instante leen El Principito con imágenes en movimiento. Parece una locura.Un libro permite la imaginación, uno crea un mundo propio en torno a él. Creatividad. Belleza. Las nuevas tecnologías lo presentan ante nosotros tal cual son, la realidad y la rapidez de la información.Me encanta leer y me fascinan los libros, pero, también me gusta tener mi computador al lado y viajar… Debemos pensar y asumir que estamos en otro tiempo. Este es un nuevo desafío para los maestros. Esta era es, sin duda, la más difícil, porque cambia a cada instante, porque lo nuevo dura menos que antes, porque hay que estar actualizados casi como un antivirus o si no perdemos credibilidad y nuestros alumnos terminan mirándonos como a un celular sin bluetooth.Hay que acercar estas tecnologías a los niños con respeto y claridad, porque al final ellos igual se van a acercar a ella, tal vez con menos disciplina o una menor conciencia valórica. Presentarles esto, que ya no es nuevo, de buena forma, porque van convivir durante mucho tiempo con estas herramientas, así como nosotros lo hacemos con nuestros libros que leemos y que para ellos es casi incomprensible, porque lo creen pasado de moda.
Hoy, en la jornada de reflexión, nos hablaban de resultados, que el Simce, que cada niño es un puntaje, que el lenguaje, que las matemáticas, que bla y bla y más bla… tomé un libro y comencé a leer, a imaginar, a crear, a soñar, me dieron ganas de dibujar, de cantar a los personajes. Pensé que el texto podría tener un hipervínculo hacia algunas imágenes, paisajes o hacia algo que no entendía, pero ya ven: el mundo que nosotros los maestros pensamos es muy distinto a lo que las autoridades quieren… o necesitan.
Ronnie PérezProfesor-Músico

martes, abril 21, 2009

Santiago nocturno

En la Región Metropolitana hay un pueblito que se llama Santiago, creo que debe su nombre a lo que Valdivia denominó “Santiago de la Nueva extremaunción ¿o Extremadura? Bueno, no importa. Lo que sí importa es que de noche este pueblito pequeño se transforma. La oscuridad se pone un traje de luces y sale a divertirse. Obviamente no hay diversión sin un par de copetes en el cuerpo o sin algunas lucas en el bolsillo. Así que la noche embriagada y autónoma recorre lugares inhóspitos para la gente del pueblo de más arriba: La Esconde ($$$) o Las Condes se llama, tampoco recuerdo bien su nombre. Estos lugares donde acude la noche son más bien simpáticos; si no hay pipeño, que es la bebida de la zona, es mejor irse a otro lugar. Que no haya pipeño o que no haya un cantor curao animando la velada es como ir al baño y que no haya confort. Lo cierto es que las horas no avanzWalkinan muy rápido y el lugar se torna peligroso ¡Hay mucho curao odioso! comentan los parroquianos ¡y a veces pelean hasta con las botellas llenas! ¡Sacrilegio! grita el viento que también está borroso. No es por simple pelambre, pero se han visto algunos profesores salir pisando sobre algodones allá en San Diego con Tarapacá. A veces, también salen junto a otros “amigos de lo nocturno” de allá al lado de Hites, en un tal 777.

Muchas cosas teje la noche, muchas hebras ideológicas se entrelazan en las conversaciones sobre las mesas grises llenas de humo y cenizas de cigarro. Por algunos momentos parece que el mundo va a girar y la tortilla se va a dar vuelta (tiemblan los cuicos) y es ahí cuando se torna más peligrosa la noche aún... nacen ideas nuevas, nacen nuevos guerreros, se subleva la memoria y comienzan a danzar las imágenes del Chicho y el Che. Se crean historias rebeldes, se habla de “paro” ¡Aleluya!.

Es, sin duda, un buen sitio para estudiar, para intercambiar opiniones. Es “la alternativa” para las discotecas con sus culos redondos; ya que no hay nada mejor que una buena conversa con los buenos amigos, fumándose un cigarro o cien, con la mujer de uno, con un “terremoto” viajando garganta abajo, y, rodeado de curaos güena gente.

lunes, marzo 16, 2009

Artefactos heridos

Me intuyo en mi sarcasmo y en una flores que abandoné de golpe

Dejé un horizonte nublado de veletas abajo del mar cristalino

Los volcanes del sur del mundo hienden su azufre de azahar

Golondrinas violando al cielo malherido de misil de acero

Unas hojas, una parra, un vino triste y dos melodías etéreas.

Nada más.

No puede haber nada más que eso y unas lunas de queso.

Un navegar de palomas como toninas y la espuma del mar

Uno que otro andarivel de persianas en las ventanas rotas,

Un par de candelabros en la mesa dormida y una silla.

Una puerta batiente silente sin rostro y sin medallas.

                                                           Nada más.

Una roca

            Un puente

                        Dos aromas

                                   Un cariño

                                               Un pentagrama

                                                           Nada más.

Mi guitarra dormida en el jardín de juegos, dos niños cantando

La estela de tres cigarrillos y el humo de una barca en el río

El pan en mi cama, dos libros estrechos, el bronce de un botón

Un tambor agónico y el palpitar de un encierro lejano, perdido

Una llama en una mirada y unos ojos de fuego en tus manos.

                                                           Nada más.

La tradición de un bosque de rosas y un rosal sangrante

Dos tragos amargos, la muerte mirando el río y un río

                                                           Que cae.

Que se precipita sobre otro riel curvo que surca el cerro

Dos caminos pedregosos y un nido de chucaos maltrecho.

                                                           Nada más.

Un sol, una morada, una almohada añeja, la casa

Dos aguas, un barco pesquero, seis conversaciones pendientes

Una panadería, dos almacenes cansinos, tres voces de pan

Una vida ligera, un andar de países, tres sonrisas, tu vestido

Unos billetes de tren, una cornisa de cal y tres desvaríos.

                                                           Nada más.

Nada más tuve y nada más tendré

No tengo nada que llevar

                        No tengo adónde llegar

                                   Ni de dónde partir

                                               Ni dónde estar.

                                                           Nada más.

Vivir mi exilio.

domingo, enero 25, 2009

Romance de la luna

Luna_14

De repente la noche aparece

Y se augura el amor,

La luna es de verdad

Pero no sabe adónde va.

El pliego de peticiones

Se reparte en el lecho tibio

El cuarto bosteza y calla

Se viene el ocaso y estalla.

Se aparece reverdeciendo una flor

E improvisa un canto alado

La luna extraviada en un duelo

Aparece vencida en el cielo.

El amor ha ganado una batalla

La guerra se ha detenido

Una tregua de día ha comenzado

El romance de la luna descarado.

Se recupera la fuerza perdida

En un recinto matutino

La luna perdida tras el sol

Termina perdiendo su crisol.

viernes, enero 09, 2009

Me voy de viaje

 

Y me voy por un viaje sin retorno

Por callejones y avenidas vacías

Es un andar sin retorno.

Es un ir sin derecho a regreso

Como viajan las gaviotas ancianas

Sabiendo que no podrán regresar.

Me voy dando tumbos y remolinos

De vez en cuando una parada lenta

Un descanso bajo un árbol.

El viento alisa mi pelo despeinado

Una caricia furtiva y un te quiero

Se aleja como la noche, me deja.

 

Me llevo mis plantas y mis flores

Mis problemas y mis causas

Mis llaves viejas.

Dejo todo el resto sobre la mesa

En realidad no es nada o casi

Pero es lo que me ha acompañado.

 

Voy tras un sueño o tras un barco

Tras mi amor o tras otra vida

Tampoco lo sé!

Del caminante es el camino

Y el sendero de quien lo camina

Por fin tengo algo propio!

Cierta vez pensé que el mar

Era una casa de muertos, de amigos

Por eso lo miro de lejos.

Ahora sé que los muertos deambulan

Caminan sin saber dónde van

Será que la vida fue otro camino?