viernes, mayo 15, 2009

Qué fue del amor?

A medida que pasan los momentos, las evaluaciones, los resultados, las noticias… nos podemos ir dando cuenta de lo que se espera de nosotros los maestros para la educación en este tiempo de crisis inducida.

Nuestro rol ha ido mutando desde hace algunos años y no es por que toma algún color político o baila a un ritmo dado por cualquier batuta de circo. Es porque la sociedad nos ha planteado un nuevo desafío: hacer de un poco, algo, con nada. Es fácil de entender, nos dejan al cuidado de futuras generaciones con el afán de que nada cambie (de alguna hipnótica forma logran esto). La televisión, los propios textos escolares, la radio, los medios de desinformación, son todos nuestros enemigos. Ellos echan a la basura en un segundo lo que nosotros podemos lograr en todo un ciclo de enseñanza: valores, respeto, humanidad, aprendizaje, amor.

Creo que de alguna forma las herramientas TIC,s pueden ayudar a vencer esto o, al menos, paliar en algo la propaganda adversa diaria; ya que existe “libertad” de elección de lo que se quiere ver o informar, hay millones de lecturas, otros mundos, imágenes, cultura, poesía. No sólo violencia y desamor, como nos tratan de sugestionar los poderosos a través de sus medios. Internet puede ser un gran aliado de nosotros los maestros, no hay seis canales de televisión que no sirven de nada, no está la violencia y el terror que aparece en Megavisión, no están los íconos sexuales de Infieles o Yingo, las cárceles de Mea Culpa, los 133 de los otros canales ni los diagnósticos de una muerte anunciada. Tal vez haya cosas peores, pero hay también mejores, mucho más hermosas, reconfortantes y más positivas. Es decir, hay un abanico de posibilidades, no la propuesta subliminal del acabóse que nos invade en la televisión abierta, que es la que muchos de nuestros niños están condenados a ver.

Nos han hecho creer que sólo los contenidos de ciertas áreas son importantes, un lenguaje mínimo y una sumativa rápida, un leve mirar de la naturaleza y una pérfida y malintencionada visión de la historia. Pero, dónde está la belleza de las artes? En qué quedó la importancia de la actividad física para ser mejores y más sanos? Los “genios” que crearon los programas educativos, los hicieron pensando en otra realidad, o a la rápida, porque tenían que rendir cuentas a bancos extranjeros u otros capitales. El gasto que han hecho en educación, aquel que se habla en los discursos de los 21 de mayo, en qué parte del camino se quedó, que no llegó hasta mi escuela? Da la sensación que nada puede cambiar o que hay manos negras (señores oscuros) que no quieren que nada cambie.

Pero, ahí se alza esta herramienta del internet (y algunas otras). Ahí están todas las posiciones, como ésta. Ahí están todos los colores y no sólo aquellos del arcoíris desteñido de la concertación. Ahí están todos los pensamientos y no sólo los editoriales de los Claro, los Piñera y otros dueños de medio Chile. Ahí uno puede ser libre, puede elegir. En la escuela, nuestros niños no pueden optar; estamos los maestros, los directores, la gente de arriba, de más arriba y de aún más arriba, imponiéndoles cosas a conveniencia de otros que están aún mucho más arriba, como dioses. Algunos dicen lo que los niños tienen o no que aprender (dioses). Otros juegan con los dineros que nos han sacado de los impuestos y deciden dónde van a parar los pesos (a las escuelas no, por supuesto). Otros fiscalizan, “cuidan estos dineros” (dioses menores); otros más audaces crean instrumentos como el Simce, para medir lo que nuestros alumnos no han aprendido de lo que ellos necesitan que aprendan, para “rendir cuentas” a sus dioses (dioses ejecutivos).

Nuestros niños se han transformado en puntaje. Los han transformado de la noche a la mañana en un vil puntaje. - “Cuántos puntos tienes tú, niño, para ver si estás apto para esto o para lo otro, si mereces este beneficio o no, si realmente necesitas desayuno o si mereces un almuerzo. Si tienes harto puntaje, eres mi aliado y aliado de la escuela, pero de lo contrario, no vengas a dar esa pruebita Simce, que nos jodes a todos…, porque al final todos somos un triste puntaje”.

Dónde está el amor, esa palabra mágica que nos hace superiores, que nos hace sentir y palpar que no estamos solos, que te tengo tanto como tú a mí?

Parece ser que se extravió en el tiempo. Hoy el terror y el miedo ocultan el amor, pero, el amor existe, señores! Quieren que desaparezca y lo han hecho desechable! Pero, existe, amigos!

Ese es nuestro rol ahora, recuperar el amor y darle el sitial que se merece. No debemos seguir creyendo que quieren lo mejor para nosotros, nosotros debemos saber qué es lo mejor para cada uno de nosotros y, como maestros, lo que es mejor para nuestros niños. Debemos darles a ellos las herramientas de la elección, no la imposición abismal que existe ahora. “Los medios en Chile son pluralistas”, patrañas! Nuestros alumnos no tienen elección, los maestros no tenemos elección. Tal vez nosotros estemos un tanto perdidos (aunque no del todo), pero, ellos son niños, tienen el tiempo y pueden tener las ganas de hacer que las cosas cambien. Nosotros debemos abrirles las ventanas para que sean libres, para que sueñen que otro mundo es posible, para que luchen con lo adverso hasta vencer la imposición de este sistema cruel.

Debemos lograr volver al inicio de las relaciones humanas, debemos recuperar el amor. Sólo así, no volveremos ver golpearse salvajemente a dos alumnos de primero medio en la televisión, dejaremos de mirar las balizas de la policía a cada instante. Debemos ser capaces de lograr esto y torcerle la mano a aquellos que no quieren que esto cambie, a aquellos encubiertos oscuros que se valen del caos y la incultura para hacerse de poder y dinero.

Ronnie Pérez, Profesor-Músico.

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